Hola Soñadora, siempre hablamos de las telas «exteriores» y hoy vamos a dedicar una entrada al forro, porque oye, también tiene su lugar tanto en el mundo de la moda como en los accesorios.
El forro es uno de los detalles que convierte a una prenda en única y especial.
Te habrás dado cuenta que en las tiendas de moda rápida, las llamadas cadenas «fast fashion», brilla por su ausencia y ¡cómo se nota!
No, no es un imprescindible y hay prendas que no lo necesitan, pero ¡ganan mucho con él!
Igual que con los accesorios ¿eres de las que pone un forro liso o le das la misma importancia que a la tela exterior?
¡Vamos a aprender un poco más!
¿Qué es el Forro?
Por supuesto que todas sabemos lo que es el forro, ni más ni menos esa telita interna de la prenda o el accesorio.
Nos vale para que su acabado sea más limpio y oculte las costuras.
En el caso de la costura de moda, también nos vale para añadir comodidad, mejorar la caída de la prenda e, incluso, ocultar algunas cosillas que no queremos que se vean.
El forro tiene historia
El forro también tiene su historia, y ya sabes que nos gusta conocerlas jeje.
No te sorprendas si te decimos que las civilizaciones antiguas ya utilizaban forros de diversos materiales para sus prendas.
En la Edad Media, las túnicas y capas se forraban de lino o lana según el clima para que fueran más frescas o más calidas ¡curioso eh!
En la época victoriana, los forros ganaron más protagonismo que las propias telas exteriores, ahí se empezó a utilizar la seda para forrar vestidos y abrigos.
Lo que ganan las prendas con un buen forro
Ya te hemos comentado que en la moda de las grandes cadenas el forro brilla por su ausencia, pero como tú eres de las que aprecia las cosas bien hechas, te contaremos que hay prendas en las que el forro marca la diferencia.
Es el caso de abrigos y chaquetas, en las que el forro permite una mayor calidez y, además, hará que los brazos deslicen más fácilmente por la prenda. Algo muy útil cuando llevamos varias capas gruesas en invierno.
En faldas y vestidos nos ayuda a que no transparente y a mantener la forma de la prenda evitando que se nos «pegue» a la piel o a la ropa interior, sobre todo si el tejido es sintético.
En pantalones también se usa forro, aunque no te lo creas.
Utilízalo en la parte superior para mayor comodidad en tejidos de invierno que «·pican» o en tejidos de verano que transparentan.
Por supuesto, en un traje o un blazer el forro hace que el acabado sea mucho más profesional y elegante a la vez que cómoda.
Y no solo en moda se usa el forro, si lo tuyo son los complementos sabrás que un bolso, monedero o «queseyo» queda mucho mejor acabado con un buen forro ¿no crees?
¿Qué material utilizo como forro?
Hay forros de varios materiales según la prenda que vayamos a forrar y el efecto que busquemos.
El forro que nosotros más vendemos y utilizamos para confección de moda y de indumentaria es el de acetato, llamado forro de seda.
Este forro tiene una apariencia similar a la seda pero a un precio más asequible.
El forro de punto es ideal para prendas elásticas.
Para confección infantil, nada mejor que una suave batista.
Y, para nuestras creativas ¡algodones a gogó! aunque si buscas lisos más baratitos los popelines de mezcla son los ganadores.
En conclusión
Llegamos a la conclusión de que el forro es un gran aliado en la confección de prendas y nos ayuda a marcar la diferencia tanto en comodidad como en acabado.
Que el material del forro sí importa para un buen acabado de la prenda o el accesorio y que convierte a tu proyecto en único tanto por dentro como por fuera.
Esperamos que esta entrada haya cambiado tu perspectiva sobre el forro y nos gustaría que nos dejaras tu comentario para saber si eres de las que les da la importancia que tiene o lo ves como ¡solo el forro!