Aquí traemos otro de los imprescindibles dentro del mundo de la costura
Es difícil establecer el origen exacto de esta curiosa pieza, pero en algunas excavaciones arqueológicas realizadas en asentamientos neolíticos del sudeste de Rusia, datados de hace unos diez mil años, así como en algunas zonas de África y de China.
Asimismo en algunas tumbas egipcias se han descubierto unos objetos parecidos.
Se trata de unas piezas de cuero, semejantes a unos anillos anchos y rugosos, que al parecer se empleaban para proteger los dedos y que se han datado entre los años 1200 y 1000 a.C.
En la Antigüedad el dedal era pieza importante del ajuar femenino.
Los más comunes eran de hueso, marfil, bronce e incluso de madera en forma de cono truncado con hoyitos en hileras paralelas por la parte externa; otros adoptaban forma cónica con pequeñas hendiduras en la parte exterior para apoyar la aguja.
En el siglo I a.C. el escritor, militar y magistrado romano Marco Terencio Varrón ya hacía referencia a un objeto llamado digitale o digitabulum (término que procede de la voz latina digitus, dedo).
Pero al parecer los romanos reservaban otro uso muy curioso a esas pequeñas piezas, no solo para no pincharse los dedos mientras cosían; estos objetos disponían de un pequeño gancho incorporado que se utilizaba para pinchar las aceitunas durante los banquetes.
El dedal fue objeto también conocido por los bárbaros. Hubo comercio de estos objetos desde la Antigüedad hasta el Renacimiento, sin que variara en nada la forma de elaborarlos y los materiales de que se hacían.
Aunque los dedales más antiguos se diferencian en un detalle: el punteado exterior para apoyatura de la aguja está en la parte inferior del dedal, o zona más ancha.
En la Edad Media fueron famosos los dedales árabes españoles, de bronce, en forma cilíndrica.
Dentro de la historia del coleccionismo el dedal ocupa lugar importante sobre todo a partir de los siglos XVI y XVII.
Poseer la mayor variedad posible de estos objetos menudos y útiles se convirtió en auténtica pasión, tanto que las casas reales de la época rivalizaban en la adquisición de las piezas más atractivas y curiosas. Se pagaron grandes sumas por las piezas más raras.
Por entonces, Johann Lotting fabrica dedales en serie por primera vez.
Eran dedales que se pueden aplicar directamente sobre el dedo independientemente del grosor de éste.
El Museo Arqueológico Nacional muestra un conjunto precioso de dedales que pertenecieron a la Casa de Austria.
La gran variedad y valor de los dedales del Museo Marés de Barcelona, cuenta entre otros:
Dedales de plata sellada en ajuares nobiliarios ahuecados a mano, con la efigie de san Cristóbal.
Dedales checos de porcelana pintada.
Dedales de Tailandia de madera preciosa pintada.
Dedales italianos de cristal pintados a mano.
Dedales escoceses de cerámica decorada.
Dedales indios de marquetería, o dedales procedentes de Rusia de madera de tilo.
Dedal filipino de latón, o mexicano de madreperla.
Dedales chipriotas de terracota.
Dedales de metal dorado con filigrana de la España áurea.
Dedales de Johann Lotting, que muy a finales del siglo XVII los fabricaba en serie por vez primera.
Esperamos que hayas disfrutado de este paseo «entre dedales».