Hoy quiero hablarte de un tejido muy antiguo que ha ido dejándose de utilizar.
Para mí es un gran aliado en la confección de complementos ya que te da rigidez sin aportar volumen ni peso, además tiene un precio extraordinario.
Como no es muy conocido, te preparo esta entrada para «presentártelo» 😀

¿Qué es el bucaram?

El bucaram, también llamado tarlatana o tarlatán, es un tejido ligero, originario de India.
El vocablo «tarlatana» proviene del francés «tarlatane» porque su fabricación se estableció en Tarare, una población del Ródano-Alpes.

Se considera un «tejido de expansión», es decir, que amplia la forma, exagera la silueta por lo que era muy utilizada para miriñaques y faldas abullonadas.

Este tejido se caracteriza por el cruce de hilos perpendiculares dejando una malla abierta entre ellos, muy parecida a las gasas para vendajes.
Suele ser de algodón 100%, de color crudo, con apresto y aspecto rústico.

Usos del bucaram

El bucaram o tarlatana tiene muchos usos, no solo en el ámbito textil.
Vamos a ver unos cuantos y nos dejamos lo que más nos interesa para el final 😂

Puedes encuadernar con tarlatana, ya que este tejido sirve como soporte para el encolado de las páginas en los lomos. Para ello solo necesitas una cola especial y la tarlatana.
También se puede utilizar como refuerzo de un lomo ya hecho o como bisagra en otro tipo de encuadernaciones.

En la técnica del grabado, es imprescindible, se usa para retirar el exceso de tinta en la plancha que va a estamparse.

También se utiliza la tarlatana en procesos de restauración de frescos.

En decoración se utiliza para la fabricación de mosquiteras y visillos de aspecto rústico, ya que permite el paso de la luz y la ventilación impidiendo la entrada de insectos.
También para la confección de objetos decorativos o saquitos de hierbas aromáticas.

Los vendajes para escayolar suelen ser de tarlatana o gasa gruesa.

El bucaram en la moda

En el ámbito de la moda se utiliza como entretela para dar cuerpo sostenido y ahuecar faldas y volantes sin añadir peso a las prendas.
También para dar rigidez en corpiños y miriñaques.
Su uso más extendido es en la confección de trajes regionales, de noche y de novia.
En indumentaria masculina, se emplea para crear fajines.

Su principal función es servir de ahuecador, por lo que su uso para enaguas, volantes y tutús es muy difundido.
Después de la Segunda Guerra Mundial se comenzó a utilizar en las faldas de los tutús de las bailarinas de ballet.

En la confección de complementos se emplea para dar cuerpo, sobre todo en laterales y fondos.
Por si te lo perdiste, hicimos un precioso bolso de hombro utilizando este material como relleno.

También se pueden hacer tocados o sombreros con este tejido, ya que su dureza hace que las alas permanezcan en su lugar sin hundirse.

Y esto es todo por hoy.
Si ya conocías este tejido, sabrás lo maravilloso que es y, en caso contrario, te animamos a conocerlo 😁

Nos vemos en la próxima entrada