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La falda, historia y evolución

Si ya nos conoces, ya sabes que nos encanta pasear por la historia y las curiosidades, y hoy le ha tocado a la falda ¡vámonos de viaje!

En el diccionario encontramos su significado: «Prenda de vestir, principalmente femenina, que consiste en una tela que se ajusta a la cintura y cubre las piernas o parte de ellas».

Como muchas prendas, data de la prehistoria, y se utilizaba para protegerse contra el frío y las inclemencias del tiempo.
Era usada tanto por hombres como mujeres antes de convertirse en un artículo para adornar el cuerpo, ya que tan solo era un rectángulo de tela ceñido con una cuerda a la cintura.

En la época de los sumerios, asirios y egipcios se empiezan a crear diferencias.
Los egipcios, crearon los plisados. Los hombres las llevaban hasta las rodillas y las mujeres hasta el tobillo, y las ajustaban al talle y con tirantes.

Durante el Imperio Romano, el emperador Constantino comenzó a usar la falda hasta la rodilla fabricada con tiras de cuero y se hizo común entre todos los soldados romanos.

Los escoceses usaban la falda más conocida mundialmente, el kilt, que sigue siendo de uso exclusivo masculino.
Estas faldas fueron extrapoladas al género femenino y se fueron adaptando a distintos modelos.

Tiempo después, la falda comenzó a ser de uso exclusivo de las mujeres por ser una prenda cómoda y que da gran libertad a las piernas.
Ha ido transformándose según los momentos históricos, tendencias y necesidades.

La falda en la época medieval.

En la época medieval, la falda era de cintura muy alta, comenzando prácticamente debajo del busto y llegaba hasta los tobillos o el suelo.
Eran faldas que se fabricaban con telas pesadas y oscuras.
Hacia el siglo XVI las faldas de la gente del pueblo era una pieza cuadrangular de tela con un agujero en el centro, que se ajustaba a la cintura mediante un cinturón o una cuerda, de manera que colgaban cuatro picos.
Una curiosidad que tal vez no conoces, las prostitutas llevaban las faldas de color pardo y de ahí viene el dicho «irse de picos pardos»

La saya, el precedente de la falda, era la prenda característica más habitual en el vestuario femenino.
Eran faldas con pliegues que a veces arrastraban un palmo.

En el siglo XVI , en España, la falda se generalizó con Carlos I tras la llegada de las modas de Flandes y desde entonces quedó marcada en la moda española femenina y masculina en todas las esferas de la vida cortesana.

Durante la época renacentista, la falda se transformó un poco convirtiéndose en una especie de túnica con corte imperio y que iba desde los hombros hasta los pies.
Como iba en una sola pieza, se consideraba vestido y la falda se quedó de lado.

Evolución de la falda.

En los siglos XVI y XVII españoles, se llevaban las «basquiñas», que era una especie de saya negra o falda acortada hasta un palmo por debajo de la rodilla y que se llevaba encima de otras ropas. Con esta se salía a la calle los días de fiesta.
Era una prenda plisada, con rizos y arrugas regulares con caída en vertical que se ajustaba sobre las caderas.
Tanto la saya como la basquiña eran faldas cerradas que se vestían por la cabeza.

La falda larga fue común hasta el siglo XVIII.
La bailarina Mariana de Cupis, alias La Camargo, en 1730 se cansó de arrastrar los faldones y decidió acortarlos casi a la mitad.
Imagina el escándalo porque en esa época cortar las faldas era el castigo que se daba a la mujer «sospechosa de mala vida».
Para contrarrestar los problemas de llevara una falda «tan corta», La Camargo, utilizaba un pantaloncillo que apenas descendía unos centímetros de las ingles.
La faldita corta resultó graciosa y muchas mujeres empezaron a llevarla fuera del teatro, aunque se cubrían de amplios mantos.
Hay que destacar que esta moda no prosperó 😂.

Durante el siglo XIX es cuando los cortes de las faldas sufrieron más variaciones.
la cintura empezó a estar situada debajo de los senos y fue bajando hasta la cintura.
Al principio eran bastante estrechas, pero se fueron ensanchando hasta llegar a la crinolina, el polisón, el corsé y el miriñaque.
Durante toda esta época su largo osciló desde debajo de la rodilla hasta el suelo.

En 1851 la neoyorkina Amelia Jenks Bloomer, pionera del feminismo reivindicativo, adoptó una especie de bombachos mezcla de pantalón y falda.
Era una prenda más cómoda que la falda ahuecada con miriñaque de su época.
Las sufragistas la adoptaron como símbolo de su posición.
Además era ideal para la moda de la bicicleta ya que las faldas suponían un peligro al enchancharse.

En 1851 la neoyorkina Amelia Jenks Bloomer, pionera del feminismo reivindicativo, adoptó una especie de bombachos mezcla de pantalón y falda.
Era una prenda más cómoda que la falda ahuecada con miriñaque de su época.
Las sufragistas la adoptaron como símbolo de su posición.
Además era ideal para la moda de la bicicleta ya que las faldas suponían un peligro al enchancharse.

La falda en los siglos XX y XXI

Desde 1915, las faldas dejaron de arrastrarse por el suelo y, durante los siguientes 50 años se volvieron cortas (en los locos años 20), luego largas (en los años 30), luego otra vez se acortaron aunque no tanto (durante los años 40/50), otra vez largas (los 60) y extremadamente cortas a finales de los 60 y 70.

A partir de 1970, crece la popularidad de los pantalones y ya no existe ningún largo de falda dominante.
Se llevan tanto minifaldas, como por la rodilla e incluso largas.
Pero a las distintas formas y largos de falda, dedicaremos otra entrada ¿qué te parece?

Vamos a detallar la información de la evolución de estos dos últimos siglos un poco más.

En el siglo XX, a principios, se empieza a hablar de la falda pantalón, moda que llega a España en febrero de 1911.
Aunque tuvo muchos detractores, su éxito fue casi inmediato entre las mujeres.
Y, aunque a veces eran abucheadas por vestir esta prenda, no dejaron de utilizarla por ser una prenda mucho más cómoda que las faldas de la época.

En 1965, en Londres, la modista Mary Quant, desarrolló y creó la minifalda que vendió por primera vez en primavera de 1965.
Una prenda diseñada para el gran público y que la catapultó al éxito.

Y, pese a lo que podamos creer, el uso de la falda está más extendida entre los hombres de lo que podemos pensar.

Aunque en Occidente el uso de la falda es prácticamente exclusivo de las mujeres, hay varias culturas en las que la falda es un atuendo masculino.
La más conocida es el kilt entre escoceses, irlandeses y otros pueblos gaélicos.
Pero también está el pareo tahitiano, el lava-lava polinesio, la fustanella de los griegos y albanos, el sarong utilizado en Asia, algunas partes de África e islas del Pacífico.

Esperamos que te hayas quedado con ganas de más, porque ¡volveremos con más información sobre las faldas!

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